Cuando empecé a hacer fotografía como proyecto personal tenía claro que mi objetivo era intentar cambiar miradas a través de nuestra propia experiencia, miradas donde se valorase a la(s) persona(s) que hay detrás de la etiqueta, del diagnóstico, personas de pleno derecho con mucho que aportar a esta sociedad. Acabar con falsos mitos sobre el autismo, mostrar que la convivencia es la base de la normalización y que el amor en todas sus formas es la llave para ese cambio... pero había algo que no sabía y es que este proyecto sería también el inicio de mi nueva mirada, una mirada que está en un constante proceso de aprendizaje que se renueva en cada disparo.

 

Y se suman a ella miradas de otros, otras experiencias y palabras maestras “el deseo de estar juntos” que tanto repito últimamente , por ejemplo. Ese deseo es la vía, es el camino, es el motor del cambio.

 

Si hay deseo de estar haremos por estar, si hay deseo de estar buscaremos oportunidades y no problemas, si hay deseo de estar las diferencias serán nuestros vínculos, si hay deseo de estar me aprenderé de memoria el diálogo de esa parte de pinocho que ves 1000 veces antes de pensar que es agotador, porque eso me devolverá de ti una nueva sonrisa, porque te sorprendo y no te lo esperas y eso hará que crezca nuestro deseo de estar juntos....

 

Pues esto de alguna manera lo aprendo cada día con ellos y como lo que a mi me me gusta es contar con imágenes pienso que poco tendría que añadir a esta preciosa historia visual.