Como cada mes de abril, a lo largo de estos cuatro últimos años, A casa de as mulleres en Vigo nos cedió su espacio para inaugurar una nueva edición de nuestra exposición conjunta (Mi mirada te hace grande y Alto alto como una montaña). Este año además contamos con la colaboración de un texto de Nacho Calderón, que no dejó a nadie indiferente, y una presentación espectacular de la mano de mi amiga Teresa Charlín, ella nos deleitó con un poema que es pura sensibilidad como todo su trabajo fotográfico que os invito a conocer.

Aquí, junto con una fotografía de su lectura, comparto dicho poema con tod@s los que no hubieran podido asistir al evento, es una manera de mostrarle mi enorme agradecimiento, es una auténtica belleza.

 

A través de Paula,
 

El azar me encontró
en una hebra de luz
mi puerta sigilosamente entreabierta
apenas mis ojos, mis sentidos, apenas,
comprendí
la ceguera no existe
ante la fuerza del deseo de ver.
Temerosamente mi mirada
de a poco, trasciende
a otro lado
¿Qué es lo desconocido? ¿miedo? ¿ego?
La puerta menos sigilosamente se abre ahora.
Luz desde unas pupilas desenfocadas,
visión errónea, extraviada, al fin.
Ante mis ojos, un paisaje
sin explorar
de soles adivinatorios.
No es el espejo en que miramos la vida,
es la vida misma.
Y acompañando, la amistad desvela la confidencia,
la necesidad, el cambio.
Soy esponja ahogando la ceguera,
a través de los  sentidos.
Quiero moldear de nuevo
la forma de las ideas preconcebidas.