Podemos seguir pensando que hablar es la forma "correcta" o "normal" de comunicarse, cuando pensamos que somos una mayoría de seres humanos hablantes.

Podemos seguir soñando con que nuestros hijos sin lenguaje un día hablaran y podremos conversar largo y tendido... como Gepetto con Pinocho.

Podemos creer en milagros porque a veces se dan sean, de la naturaleza que sea, y porque soñar nos hace dar pasos y avanzar.

Podemos frustrarnos porque no dicen ciertas cosas que queremos escuchar y echarle la culpa al mundo por la injusticia.

Pero sobre todo podemos pensar que hay otras formas de ser, de pensar, de procesar, de amar, de sentir, de responder, de crear y que está bien.
Que no hay una única forma de existencia y que sobre todo no hay una correcta.

Podemos gritar al mundo que todas las personas tienen derecho a ser ellas y no otra cosa que creemos que deben ser, que es nuestra responsabilidad respetar sus derechos y adaptar el mundo en el que vivimos para que los puedan ejercer plenamente.

Podemos recordar hoy especialmente que todos los seres humanos tienen derechos humanos