...porque los cuentos no conocen imposibles.
Una de las cosas que más me gustan son los cuentos o las historias inventadas, porque es ahí precisamente donde todo es posible... y de todas, por supuesto, esas que se empiezan a contar mezclando fantasía y realidad y las terminan los niños, siempre se acaba llevando uno alguna sorpresa.
Hace poquito tumbada en la cama con Martín (el mayor) empece....
-Bueno Martín como sabes sois tres hermanos no?, pues yo me veo un poco en el papel de la madre de los tres cerditos, ese cuento que tanto le gusta a Héctor (y tantas veces repetimos), así que llegará un momento en el que os haré las maletas y os pediré que hagáis vuestra vida (me moría de risa por dentro pensando en tamaña crueldad de este cuento clásico, y esperaba ansiosa la respuesta del niño).
Empezó su risa y me respondió:
-Pues serán Héctor y Lucas porque yo voy a vivir siempre en esta casa...
Héctor y Lucas pensé ilusionada, que pensará entonces del futuro de sus hermanos?
-Y dime como imaginas que será la vida de Héctor?, por ejemplo
-Pues Héctor tendrá una familia y serán tres, él, la otra persona (pareja, que no dijo ni hombre ni mujer cosa que me pareció maravillosa) y un hijo (eso si el hijo en masculino) que se llamará Martín (de ahí su interés, como no podía ser de otro modo).
Me estaba encantado su forma de desviar el cuento y antes de poder preguntarle por su hermano Lucas me dijo:
-Oye Mai y tu conoces algún lobo?
-Pues claro que conozco, y a veces lo llevo a pasear en coche.
-Bueno claro, puede ser, los días de luna llena.
Ahora ya si entre risas y carcajadas se fue quedando dormido, y viéndolo pensaba... en que momento nos estropeamos? en que punto de nuestra existencia empezamos a creer que hay cosas imposibles? Ojala no perdiéramos nunca esa capacidad de soñar sin que nadie nos limite.