Estas vacaciones de la boca del primo Miguel, el primo mayor de Héctor, que es casi un hermano porque pasa mucho tiempo con sus primos, escuche un comentario tan bonito que me recordó en positivo a una entrada de Cappaces.
Fuera de la casa se escuchaban carreras, gritos de emoción y carcajadas, cuando dejé de oírlas salí a ver que pasaba, me encontré a Martín, Lucas (hermanos de Héctor) y Miguel (el primo) sentados en el banco del jardín.
-Por qué ya no jugáis como antes, que os pasa? -Porque Héctor se ha ido para arriba (la parte superior de la casa) y sin él nos aburrimos, responde Miguel.
El juego de Héctor es muy particular no suele buscar a sus iguales para jugar, de este modo podría parecer que no tiene interés por ellos,pero lo tiene, claro que lo tiene, lo que sucede es que su juego es diferente y le falta iniciativa. Es muy habitual verlo jugar solo, necesita sus tiempos y disfruta también de sus momentos (como nos pasa a todos) pero las personas o mejor dicho personitas que más lo conocen saben que le encanta jugar a perseguir, las cosquillas y que tiene la risa más contagiosa que conozco y por eso lo buscan, es infinitamente satisfactoria esa sensación de estar juntos por estar y dejarse llevar por su juego.
Así que yo tampoco aplaudo a nadie por jugar con él, ni me gusta que nadie lo haga pero me entusiasma la idea de que alguien sea capaz de necesitar su risa como la necesito yo
Después de un rato propuse hacer la carta a los reyes magos todos juntos y así volver a traer a Héctor al grupo
**La entrada de cappaces a la que hago referencia aquí: Por favor, no aplaudas a tu hijo por jugar con el mío