En las primeras reuniones que se hacen de aula, al comienzo de un nuevo curso, siempre salgo con la misma sensación de abatimiento general, tal vez porque son reuniones donde es evidente que somos o funcionamos muy diferente al resto (no menos, no....pero si diferente) y entonces solamente pienso en cuántas cosas nos podemos perder si no hacemos un esfuerzo entre todos... 

Pero a veces uno debe confiar, trabajar y también dejarse sorprender....porque esto fue realmente lo que viví esta semana en uno de los proyectos de la clase de Héctor que propuso su profesora llamado “Profesiones”.

En esta actividad los padres o tutores de los alumnos, que puedan, acuden a clase en la hora citados a contar a que se dedican y compartirlo con los compañeros de sus hij@s.

Fue una experiencia muy enriquecedora para todos pero sobre todo fue una muestra clara de que la inclusión si es posible si hay ganas, voluntad y recursos.

Era para Héctor una experiencia nueva porque su papá Marcos era la primera vez que participaba de una actividad y suponía un reto importante para ambos. Pero la verdad es que todo resultó muy bien porque contábamos con la colaboración de ese apoyo o pieza fundamental en este engranaje inclusivo: Yoli, su cuidadora (para la que por supuesto reclamamos mejora en sus condiciones laborales). Héctor tras los primeros diez minutos empezó a perder interés y necesitaba su espacio así que como se aprecia en la foto ella se lo llevó para poder continuar con la actividad pero dentro del aula, y así se estaba respetando el ritmo de Héctor ya que las actividades muy orales no son su fuerte. Sacamos de aquí la primera enseñanza CON TODOS Y COMO TODOS si, pero respetando su ritmo...

La segunda surge de una de las preguntas que los niños hicieron en este caso a mi, me preguntaban por qué hacía las exposiciones de fotos de Héctor... y entonces muy acertadamente la profe Goretti les contó que ellos gracias a la convivencia con Héctor saben que existen otras formas de estar, de entender y de comunicarse en el mundo porque lo han vivido desde pequeños, pero que hay muchos adultos, y no tan adultos, que no conocen esa realidad porque no han tenido esa suerte de tener en su clase niñ@s con diversidad funcional.

Creo que no necesito dar muchos más datos para entender que todavía sigo emocionada y agradecida ... “pasito a pasito”, se hace camino al andar.