Mi mirada te hace grande

... mi nombre es Paula Verde, soy madre de tres niños (Martín, Héctor y Lucas), tengo 39 años y la fotografía ha formado siempre parte de mi vida. Me considero una “persona con fotos” pero es desde hace relativamente poco cuando mi afición se ha convertido en un proyecto de vida. Hace dos años y medio diagnosticaron a mi hijo Héctor con trastorno del espectro del autismo (TEA) y las imágenes se han convertido en un puente de comunicación entre los dos.

 

Los trastornos del espectro del autismo afectan a 1 de cada 150 niños, todos ellos comparten alteraciones en la comunicación y el lenguaje, la socialización y los intereses. Comprender que las personas con autismo ven, escuchan y sienten pero su cerebro procesa de otra manera esa información por lo que su manera de ser, relacionarse y sentir es tambien diferente, es el punto de partida para su desarrollo.

 

Actualmente Héctor tiene cuatro años, no tiene lenguaje verbal pero es un excelente pensador visual siendo precisamente esa mi motivación para utilizar la fotografía como medio de conexión con él.

 

A través de la fotografía he conseguido llegar a Héctor de otro modo, he podido entender que su particular manera de estar en nuestro mundo es el resultado de la incompresión de un sinfin de normas y códigos sociales a los que no se puede adaptar de forma natural ya que el autismo significa también una alteración en la manera de relacionarse con los demás.

 

Lo que pretendo inmortalizar en estas imágenes son esos momentos donde Héctor es él mismo, con toda su esencia. Héctor se comunica con pictogramas, miradas, gestos y abrazos infinitos. Su obsesión por el movimiento, el agua y crear escenarios o, lo que es lo mismo, su juego de alinear objetos por categorias, secuencias o asociaciones definen su forma de ser. Haber partido de sus intereses restringidos y especiales como Dumbo el elefante y las películas Disney han sido clave en su evolución.

 

Además esta web tiene el objetivo de ayudar a romper con muchos mitos que existen sobre el autismo y mostrar al mundo, como alguien me enseñó a mi antes, que si lo vemos con los ojos adecuados encontraremos en él capacidades diversas que lo convierten a un niño con autismo en ser UNICO.

 

Como madre he aprendido a transformar la tristeza en fascinación, he encontrado en mi proyecto una forma de canalizar mi dolor y un medio de visibilizar el autismo desde la belleza y de ese modo conseguir que “mi mirada te haga grande”.