Hace poquito recibí el mensaje de una amiga, ella es mamá de uno de los compañeros de clase de Héctor y quiso compartir conmigo esta anécdota tan interesante que me ayudará a aclarar un par de ideas.
Me contaba que su hijo se había caído en el patio, durante el recreo, se había llevado un buen golpe y como consecuencia le salió un importante chichón.
Una de las cosas que quiso destacar de ese desafortunado incidente fue que Héctor acudió rápidamente a su lado, cogió un botiquín que encontró (o que ya tenía localizado porque es algo que le encanta) y fue hacia él a echarle suero a la vez que la vez que le preguntaba:
- Are you Ok, Perico?
Luego fue y vino un par de veces y le decía:
- estás bien?
- estás bien?
Me emocionó mucho que lo compartiese conmigo, esas madres compañeras saben lo importante que es para mi cada detalle de Héctor en el centro, porque él no puede contarme nada o no de la manera en la que yo podría entender la magnitud de ese maravilloso “incidente”.
Me parece especialmente interesante el compartirlo por 2 motivos o circunstancias:
La primera la importancia de la comunicación con la familia, es de vital importancia conocer esos pequeños detalles de la convivencia que nos muestran una parte de nuestros hijos que desconocemos totalmente, el cómo se desenvuelven en los contextos con sus iguales lejos de sus familiares de referencia.
Y digo esos pequeños detalles aunque muchas veces desconocemos hasta los grandes, lo imprescindible, lo necesario para que estén en igualdad de condiciones en el aula.
A menudo se nos olvida que no cuentan, porque sus herramientas son diferentes y nosotros nos perdemos mucha información que en ocasiones repercute en su participación, por eso quiero poner el foco en esta parte, no somos pesadas por querer saber, es necesario y es un derecho.
En mi caso doy siempre gracias al grupo que hemos conformado, de alumnos y de familias porque han sido muchas veces mis ojos y su voz.
La segunda hace referencia al autismo y lo que a menudo venimos escuchado sobre la falta de empatía.
A alguien le queda alguna duda con este claro ejemplo que no deja de ser un falso mito?
Date la oportunidad de conocer, conocer a un niño o niña es conocer un caso único sea o no autista. Habrá quienes sean más empáticos, más sensibles o más fríos. Habrá quienes poco a poco hayan aprendido a serlo y a quienes les vega de serie, pero no hagas juicios de valor por lo que te cuenten, veas en películas, series o escuches de otros casos.
La normalidad no existe y la diversidad no es normativa, no hay patrones para lo extraordinario, cada día es un nuevo aprendizaje.
· ** La imagen no corresponde a la anécdota, es de una tarde con su prima jugando precisamente a salvar el mundo.